Las claves de la elección

  • Si duermes boca arriba, en posición supina, sobre la espalda, debes escoger colchones duros.
  • Si duerme de lado, te puede convenir un colchón de menor firmeza, que permita al hombro hundirse levemente, hasta encontrar una posición cómoda.
  • Si pesas bastante, necesitarás colchones firmes, que ofrezcan buena sujeción. En un colchón blando te hundirías en exceso.
  • Las personas más ligeras necesitan también colchones de mayor flexibilidad, que se adapten a su forma para repartir mejor el peso.

Si te mueves mucho mientras duermes te conviene un colchón algo más duro que te permita girarte sin esfuerso. En un colchón blando te hundirías demasiado, y te costaría girar, lo que resulta incómodo. 

  • Si pasas calor, sudas con facilidad o vives en un lugar cálido, los colchones de muelles pueden convenirte más, pues se ventilan mejor y son más frescos.
  • Si eres friolero o vives en un lugar frío,  los modelos de espuma, de látex o de material viscoelástico guardan más el calor.
  • Si deseas una base articulada, necesitas un colchón flexible (de espuma, de látex o de muelles embolsados).
  • Si eres alérgico al polvo o asmático, se recomienda usar un colchón de espuma o de látex con una funda lavable (salvo, claro está, que seas alérgico al látex).

La Firmeza del colchón

Un buen colchón debe repartir el peso del cuerpo de la manera adecuada. Debe ser lo suficientemente firme para sostener bien el cuerpo, pero no tanto que resulte incómodo. En los últimos años se ha extendido la idea de que un colchón duro es siempre lo mejor para la espalda. No es así: en último término, la dureza, o mejor, la firmeza del colchón es una cuestión de preferencia personal, y de peso.

Un buen colchón debe respetar la curvatura natural de la columna vertebra, boca arriba y alineada mientras duermas de lado.

  • Colchón bueno. Si el colchón es demasiado duro, no se adapta al cuerpo. Esto por un lado permite una mejor aireación, pero por otra hace que el peso del cuerpo no se distribuya adecuadamente por toda la superficie del colchón.

  • Colchón rígido, la espalda no se adapta.
  • Colchón duro. En un colchón demasiado blando, el cuerpo tiende a hundirse. Esto presenta distintos problemas: la sensación de calor aumenta, porque no circula el aire, y por otro lado la columna vertebral y la espalda no están bien sujetas, ni al dormir boca arriba, ni de lado.

  • Colchón blando, la curvatura de la columna se ve afectada.

 

 

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TIPO DE COLCHÓN SEGÚN MATERIAL

COLCHONES DE MUELLES

Los colchones de muelles pueden ser de diferentes clases, muelles independientes, continuos o embolsados

Los colchones de muelles independientes (bonell o bicónicos) tienen un núcleo formado por múltiples muelles metálicos colocados en vertical, que se estrechan en su tramo central y están enlazados unos a otros por hilos metálicos.

En los colchones de muelle continuo, el entramado está hecho a partir de un único hilo metálico. En ambos casos el núcleo va cubierto por varias capas de espuma o algodón.

Los dos colchones ofrecen un soporte suficiente y una buena ventilación, por lo que pueden resultar algo frescos. Hay colchones con cara de verano y cara de invierno, más cálida.

El precio de estos colchones varía. Los colchones de muelles independientes son bastante económicos, para una medida de 90 x 190 cm, cuesta, de media 200 euros, y los colchones de muelles continuos, unos 350 euros.

Los colchones de muelles embolsados están formados por cientos de muelles independientes, metidos en saquitos de tela individuales y unidos por una sujeción muy fina.

    • En principio, se adaptan bien a la forma del cuerpo y ofrecen una buena ventilación, aunque sus características varían mucho dependiendo de las capas que recubran el núcleo y de la forma concreta de sus muelles. Mantienen una buena independencia de movimientos para los dos miembros de la pareja en una cama de matrimonio. 
    • A menudo llevan un recubrimiento muy generoso de diferentes materiales que los hace estar a medio camino entre los colchones de muelles y los de espuma o látex.
    • Aunque pierden altura y firmeza con el uso, pueden proporcionar un buen descanso durante quince años.
    • El precio de los colchones de muelles embolsados Su precio es mayor que el de otros colchones de muelles: un colchón individual de 90 x 190 cm costará unos 600 euros.

COLCHONES DE ESPUMA DE POLIURETANO

Estos colchones se parecen a un “bizcocho” de poliéster o poliuretano lleno de miles de pequeñas celdillas o burbujas de aire, y cubierto por una funda.

Dependiendo del número de celdillas por m3, de su tamaño y de los agentes cohesionantes que lleve la masa, el colchón será más o menos firme. En general, a mayor ligereza, más blandura y peor envejecimiento.

Las densidades inferiores a 35kg/m3 sólo convienen a las camas para huéspedes ocasionales o niños pequeños.

En general, son fáciles de manejar y buenos aislantes del calor.

Los precios de estos colchones varían en función de la densidad. Los de gomaespuma, los más corrientes cuestan unos 70 euros. Los colchones de espuma de alta densidad rondan los 200 euros.

COLCHONES DE VISCOELÁSTICO

Están hechos de una espuma especial que se amolda al cuerpo bajo los efectos del calor y la presión, ofreciendo una óptima distribución del peso corporal.

La deformación del material perdura durante un tiempo cuando se cambia de postura, lo que puede resultar incómodo.

Estos colchones viscoelásticos interesan, sobre todo, a quienes deban pasar mucho tiempo en la cama.

Son bastante caros: un colchón de 90 x 190 cm cuesta unos 800 euros

COLCHONES DE LÁTEX

Estos colchones están hechos de espuma de látex natural (proveniente del árbol del caucho), látex sintético (proveniente del petróleo) y materiales auxiliares usados en distintas proporciones. Hay colchones que combinan látex natural y sintético.

El núcleo lleva perforaciones para facilitar la aireación, reducir el peso y crear zonas de resistencia.

Los colchones de látex ofrecen un sostén bastante firme, pero al mismo tiempo son muy flexibles y se adaptan bien a los contornos del cuerpo, distribuyendo la presión de manera uniforme.

Son buenos aislantes del calor, y gracias a las ventilaciones mantienen igualmente un ambiente agradable en la zona de contacto. 

Estos colchones son una buena opción para quienes se mueven mucho por la noche, pues el látex absorbe eficazmente los movimientos del cuerpo. También para parejas si uno se mueve mucho.

Para las personas con alergias respiratorias o asma, los colchones de látex o espuma son una buena opción para evitar el riesgo de colonias de ácaros en el interior de los muelles. Sin embargo, están prohibidos para los alérgicos al látex.

Son bastante pesados, lo que unido a su gran flexibilidad, los hace incómodos de manejar.

Estos colchones pueden llevar distintos recubrimientos: algodón, lana, seda, sintético, etc.

Los colchones de látex suelen ser bastante caros. Pero el precio varía según se trate de látex sintético (unos 450 euros) o natural (unos 600 euros).

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